miércoles, 31 de marzo de 2010

Ni gato, ni cocodrilo


Lamentablemente una vez más debo romper con las directivas que impone la línea editorial del medio. No es un desafío, es que la realidad así lo pide, y como dijo el General, "la única verdad es la realidad".

Sepan que arriesgo mi puesto laboral, ya que me estoy tirando contra la patronal que es, al mismo tiempo, la representación del gremio en el medio, o sea que en cualquier momento puedo quedar como Lucas Rebollini Manso: en bolas y a los gritos.

No obstante, debo referirme a lo ocurrido con Aquel que ya nos hizo ganar un mundial y que en pocos meses nos hará conocer nuevamente la gloria, aunque esta vez conduciendo al equipo desde el banco. Sí, Maradona, de quien tengo prohibido referirme si no es con alabanzas, loas y más loas.

La cuestión es que, como todos sabrán, a Diego lo mordió un perro, su mascota. Como te enseñan cuando estudiás periodismo, la noticia no es que un perro muerda a un hombre, sino que un hombre muerda a un perro, lo que pasa es que se trata de Maradona, ni más ni menos, que no es un hombre cualquiera.

Su mascota, un perro Shar Pei (chino, como todas las cosas que vienen ahora) se le prendió del labio y tuvieron que darle 10 puntos de sutura (sí, para sus seguidores: 10 puntos al 10). Cuando el can lo atacó, eran como la 2 de la mañana. "Tantos gatos, tanto Cocodrilo, y me viene a arruinar este perro de mierda", pensó.

Enseguida lo llamó a Bilardo, que es doctor, para pedirle que fuera a atenderlo, pero con el labio echo mierda no se le entendía lo que le decía y el Doctor le dijo: "Diego, aflojale por hoy. Ya está bien. Te pasate de rosca otra vez. Andá a dormir un rato".

Entonces Diego lo llamó a Mancuso que, a diferencia del Doctor, sí dormía. "¡¡¡El perro me mordió el labio, el perro me mordió el labio!!!" sollozaba el Astro, y Mancu, entre dormido más que al 10 no se le entendía nada, le dio la razón, como siempre: "sí, lo llamo al Toto Salvio, lo llamo a Toto Salvio" y le cortó, tras lo cual se volvió a acostar pensando "otra vez se confundió con la línea de 4".

Ofuscado, Maradona le escribió en un papelito a su señora: "llevame de Ruggeri". Y allá fueron. Cuando tocaron timbre, el Cabezón salió en bata y despeinado y al ver al Gran DT ensangrentado en la cara le dijo preocupado: "Diego, volviste a darle a la cal viva". Ahí apareció en acción la señora de Diego que le explicó: "se peleó con el perro, que lo mordió", ante lo cual el ex defensor se acercó al auto, le puso una mano en el hombro al Genio con suavidad y, en un tono bajo pero firme, le dijo: "Diego, Donnet se retiró hace mil años, además no le daba para la selección".

Fue entonces que Diego dijo lo único que se le entendió durante toda la noche: "andá a la puta que te parió. Vamo’ al hospital".

Para otro momento quedará el análisis de por qué el perro le mordió el labio a Maradona. ¿Le quiso dar un beso, le quiso afanar un hueso, se trenzaron por la bolsa? Los vecinos dicen que el perro estaba todo el día aspirando Dogui y que al rato se ponía como loco se ponía. A veces el can aspiraba Cati y después maullaba, y Maradona se prendía. Vaya a saber uno.

Por otro lado, tal vez ese análisis no quede para otro momento, porque en una de esas esta sea mi última entrega para este prestigioso medio. No lo sé. Todo queda en manos de la editora responsable, a quien he saturado ya sus niveles de bondad, lo reconozco.

Gracias Ernestina, y perdón por hacer leña del árbol caído, pero es más fácil así.