jueves, 24 de diciembre de 2009

Cubito, rolito y dielo


Atendiendo a la fallida colaboración de un cordobés, que prometió un material pero todavía estoy esperando, me tuve que sentar a escribir esto, algo en lo que coincidimos con el cordobés y que es muy importaste (sobre todo pensando en el Fernet). Esto es urgente!

Basta de las pelotudeces de "precauciones para evitar golpes de calor", "evitar exponerse al sol de 6 de la mañana a 11 de la noche", "tome líquidos", "quédese en su casa", etc.

Para el calor y el verano yo recomiendo, antes que nada, no usar medias de poliester, porque al ser humano el fresco le entra por los pieses, y si se usa ese elemento en verano, es como ponerle un cartón al radiador del auto: levanta temperatura como loco, lo que da más calor, obvio.

Pero a lo que iba: el tema es el del hielo. Al hielo muy poca personas le dan bola y la mayoría se acuerda cuando está sentada en la mesa y se da cuenta que la bebida se calienta. Además, el hielo es una de esas cosas que "hacen los otros". Nadie se acuerda del hielo, nadie se levanta a buscar hielo, nadie tiene la precaución de comprar hielo, pero todos quieren hielo y, encima, la mayoría de las veces te quieren arreglar con cubitos que, entre que los sacás de la cubetera y y los metés en el vaso, perdió el 50 por ciento de su volumen.

Entonces voy a lo concreto y digo que hay tres tipos de hielo enfriador de bebidas, a saber y en orden creciente: cubito, rolito y dielo propiamente dicho.

El cubito es el que, como su nombre lo indica, se hace en cubeteras, que son ni más ni menos que moldes de hielo. Este molde se enyena de agua y se manda al friser. Una vez congelada el agua, se tiene hielo. Tiene la ventaja de hacerse rápido, fácil, gratis y en cantidad, pero la gran desventaja es que duran poco y nada.

Luego tenemos el rolito, que se llama así no porque el que lo inventó se llamara Rolo, sino porque tiene forma de rolito, lo que habla muy bien de su inventor.

La duración del rolito es casi ilimitada, más si se mete en un termo, lo que es tremendamente favorable. Además, enfría muy bien. Claro que su uso en cantidad puede aguar la bebida que se bebe, por lo que hay que saber administrar bien el rolito.

La desventaja es que, si bien no es caro, hay que pagar por él y, si no se consume todo, después ocupa mucho espacio en el friser, por lo que muchas veces se deja derretir en la bacha de la cocina, lo que es una lástima.

(Aquí hago una aclaración que es una verdad vaporesiana: el rolito dura más, muchísimo más que el cubito. Rolito y Cubito no son lo mismo, ni siquiera son parecidos. Pertenecen a la misma familia, pero uno es para salir del paso, mientras que el otro da satisfacción).

Finalmente, tenemos el dielo, un elemento complejo y que habla de nosotros como sociedad.

El dielo es el más casero de los hielos, es aquel hielo que se forma luego que la persona llena un recipiente cualquiera y lo manda al friser. Generalmente se utilizan botellas de plástico no retornables o vasos de plástico, todos de diversos tamaños. El dielo de botella debe romperse para poder usarse, sino no entra en los vasos, pero ojo: si se rompe en trozos muy pequeños, la duración del dielo es similar a la del cubito, y es al pedo el esfuerzo. Hay que saber encontrar el tamaño correcto para no desperdiciar tan noble obra.

La ventaja es que se puede obtener del dielo es que es un rolito casero, es decir, combina la duración del rolito con el costo del cubito, lo que lo convierte en la mejor variante. La desventaja es que hay que tomarse el trabajo de hacerlo y romperlo y, como dije al principio, nadie se hace cargo del hielo, porque hacer hielo, romper hielo, servir hielo, rompe las pelotas.

Esta es mi recomendación para el verano. Sepan aprovecharla y que les dure toda la vida, porque el hielo en verano es como la frazada en invierno.