martes, 5 de enero de 2010

Sobre héroes y tumbas


Estimado señor sepulturero: quisiera pedirle con mucha amabilidad proceda en un lapso no mejor a las 24 horas contadas a partir de la recepción de esta misiva, tenga bien contratar 3 ó 4 contenedores (o los que hicieran falta) así como una docena de hombres fortachones y la compra de barbijos y guantes de látex –o cualquier elemento similar para que éstos usen–, y proceda a retirar urgentemente el sinnúmero de bombachas y corpiños de enorme tamaño que impiden la llegada a la tumba de Sandro, así como también el acceso a las tumbas ubicadas a 25 metros a la redonda, ya que los familiares se quejan.

Le ruego no utilice maquinaria pesada y que el trabajo sea hecho a mano, debido a que sino se dañarían las tumbas adyacentes y se armaría un quilombo descomunal.

Asimismo, le ruego devuelva todas las chapitas que Ud y sus ayudantes se afanaron de las lápidas del sector D, ala suroeste, por dos motivos: primero, porque robar está mal; segundo, porque la gente se está confundiendo y van a poner flores en las tumbas de otros, y hay encontronazos entre familiares que terminan a las trompadas (el otro día una señora encontró a otra en la sepultura de su marido, ambas pensaron que la otra era la amante y pasaron del llanto a los insultos y golpes de puño. Cuando todo se arregló, siguieron llorando. Lamentable…) y no queremos que ocurra una tragedia en el cementerio, aunque si debería ocurrir una tragedia, este sería el lugar ideal. Péguenlas con Poxipol o La Gotita (no use Boligoma, ya que vez pasada a la primera lluvia se cayeron por la humedad).

Que no se repita (ni siquiera con los "QEPD"). Gracias.

Atte. Comandante Mayor del Estado Conjunto Armado

Subteniente de la Caballeriza Marina y Encargado del Cementerio

Juakin Fidalgo Hipoglós